Resumen :
Serie de creación artística que se adentra en el microcosmos de la mesa y la casa, donde los rituales del acto alimentario ayudan a perpetuar modelos, roles y estereotipos.
La serie gira pretende sumar mi modo de ver artístico y ofrecer una mirada conjunta, a veces paralela, a veces divergente, sobre la educación alimentaria.
Se muestra una visión artística crítica, con obra generada usando huesos, objetos y utensilios de ciertas comidas, que hablan de otra educación y no precisamente alimentaria, deconstruyendo el ritual de la comida familiar, cuyos símbolos nos acompañan, nos inspiran, nos marcan y hacen querer recordar y olvidar a un tiempo, desde una mesa, en una comida.
Me sumergimos en una lucha interior que se desborda y rompe los límites impuestos, haciéndose pública y alineada con una visión exterior más simbólica que hace cuestionamientos globales.
En una mesa, en una casa, en ese microcosmos de la familia social, se dan entre otros, los rituales que basados en la alimentación, perpetúan modelos represivos, sexistas, reproducen esquemas de fuerza-debilidad, y roles de poder, de sumisión, de dependencia, de alienación, estereotipos más o menos camuflados y que deberían ser obsoletos.
Con la boca llena no se habla es un trabajo en desarrollo, un work in progress compuesta por 52 piezas, que pretende ser elemento inspirador para otros trabajos donde vida, límites, género, sociedad y arte se entrecrucen, mezclen o unan.
Una mirada a cómo comemos, puede servir para hacernos una idea del tipo de cultura de la que formamos parte.
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