ON/OFF. Huella / Contrahuella

Abstract

Al abordar ON/OFF, un proyecto individual de Intervenciones Artísticas en la isla de Cuba, consideramos que “el viaje” era un tema directamente relacionado con la acción que precisábamos realizar para viabilizarlo: viajaríamos desde nuestro lugar de origen, España en Europa hasta Cuba, en Latinoamérica. En el work in progress de ON/OFF de este proyecto individual en exposición colectiva, nos inspiramos, a su vez, en las fotografías de las estructuras de los edificios y los espacios adyacentes y circundantes que componen la Universidad de las Artes de Cuba. En concreto, en las imágenes del Bloque 12, La Facultad de Arte Dramático de Roberto Gottardi que, con su arquitectura laberíntica, brutalista y orgánica, nos sugirió múltiples posibilidades de intervención. Así, conceptualizando el espacio y bocetando sobre las fotografías, concebimos nuestra propuesta de intervención desde España. Intervenir un edificio a tantos kilómetros de nuestro lugar de origen, nos lleva a pensar por analogía en nuestro discurso artístico, en nuestra propia forma de concebir el viaje. Desde el mismo momento en que nos disponemos a hacer los preparativos del viaje, comenzamos a impregnarnos de todo aquello que le es propio al lugar de destino, a saber: cultura, geografía, comida, historia, lengua, personas, etc. Y así, poco a poquito nos vamos empapando y todo ello va dejando huella en nosotros. De similar modo afrontamos la creación artística, por inmersión, deleitándonos en cada símbolo, cada detalle hasta llegar a configurar su forma física, la materia con que generar la intervención, el recorrido y, por supuesto, la contrahuella emocional que dejará en quien la disfrute. De este modo, queda marcada la huella que el destino deja en nosotros y la contrahuella que dejamos nosotros, por medio de nuestra intervención, en el espectador. Se ha generado, por tanto, una potente conexión entre el origen Altea (España) y el destino, el Bloque 12 de la Facultad de Artes Escénicas, de Roberto Gottardi. La Habana (Cuba). Y cómo no, entre las gentes de Cuba y nosotros. Dejar huella es moldear, se trata de un hecho trascendente. Al ver el material fotográfico del Bloque 12 nos llamaron poderosamente la atención los pasajes que contienen las escaleras y que conectan los diferentes espacios. Un bello lugar, inacabado que aloja póstumamente a su creador. Espiritual a más no poder… La escalera es el símbolo de la progresión hacia el saber, de la ascensión hacia el conocimiento y la transfiguración. Si se eleva hacia el cielo, se trata del conocimiento del mundo aparente o divino; si vuelve a entrar en el subsuelo, se trata del saber oculto y de las profundidades de lo inconsciente. Sólo las escaleras que no tienen anclaje a suelo adolecen de contrahuella; es como si la escalera no tuviera raíces que la sujetaran. Sin ese anclaje a suelo no se puede conseguir la altura para llegar a todos los espacios del bloque. La falta de contrahuella es como un viaje sólo de ida que genera muchas preguntas y dificulta, además, que la estructura de la escalera obtenga solidez y altura. La arquitectura laberíntica del Edificio de Gottardi es funcional por sus escaleras que conectan todos los espacios y así quise yo, de un espacio a otro, desplazándome por todo el lugar, jugar a rastrear huellas por lo que comporta de búsqueda; seguir las huellas de alguien comporta seguirle. A lo largo de varias escaleras distribuidoras, hemos realizado nuestra intervención Huella/Contrahuella, consistente en colocar sólo en la contrahuella, hojas de guías telefónicas impresas con los datos de españoles residentes en la provincia de Alicante (nuestro lugar de origen) que guían al paseante a lo largo de los pasajes y lo acompañan por todo el inacabado edificio. La intervención nació efímera y, se ha convertido a tenor de la COVID-19 en una intervención más virtual que física, de menor sentido contemplativo, informativo o comunicativo, si no fuera por el registro fotográfico. Nos tememos que la contrahuella está siendo virtual, como lo son los cientos de personas cuyos nombres, direcciones y teléfonos han quedado adheridos en las escaleras de la Facultad de Artes Escénicas de La Habana. Pero tanto el viaje, como la intervención han dejado su impronta, su huella, porque así es el arte como signo de los tiempos. Y nosotros seguimos acumulando guías telefónicas obsoletas, que ya nadie usa pero que reúnen a todas las personas de un territorio concreto con teléfonos fijos en propiedad que, como las escaleras reúnen, comunican y clasifican.