Resumen :
A finales de la década pasada, la Agencia Internacional de la Energía sorprendía
a todos, afirmando, en un estudio, que la décima parte del consumo eléctrico a escala
global era debido al uso de ventiladores y aparatos de aire acondicionado [1].
Empezando por las pequeñas viviendas, pasando por oficinas de trabajo hasta
llegar a grandes industrias, los aparatos de climatización, en este caso de refrigeración y
frigoríficos, son un pilar fundamental en la subsistencia, no solo afectando
favorablemente al confort humano, sino siendo imprescindible para llevar a cabo
cualquier actividad, desde conservar alimentos hasta grandes procesos productivos.
La Agencia Internacional de la Energía afirmaba en 2018 que para 2050 la
demanda de energía aumentaría hasta el triple. Es lógico; los niveles de calidad de vida
son mejores, no solo en naciones del primer mundo, los países en desarrollo son los que
pueden ser añadidos a esta lista de países del primer mundo para mediados de este siglo,
y se debe pronosticar un alto consumo en climatización. Y es que las temperaturas no
ayudan a detener esta tendencia al alza en el sector de la climatización. Atendiendo a
Europa, la temperatura media del continente ha aumentado en casi 1 grado Celsius (+0.9
ºC) desde 1991 hasta 2022 [2]. Dejando de lado las consecuencias fatales que puede
conllevar esta subida en la temperatura, es necesario resaltarlo como un factor
importante que propicia una mayor demanda de equipos de clima.
Como se ha mencionado previamente, el sector industrial también resulta ser un
impulso en el aumento de equipos frigoríficos y de aire acondicionado. Son equipos
distintos a los que se pueden encontrar en casa o en oficinas, pero, al fin y al cabo, son
equipos de producción de frío, ya que para los procesos productivos resulta crucial
mantener unos niveles determinados de temperatura e incluso humedad. Existen
procesos de todo tipo: conservación de alimentos, procesos químicos, farmacéuticos,
etc. Es imprescindible un buen mantenimiento de las máquinas y equipos e incluso
estudiar el efecto que tiene este sobre los trabajadores. Se debe llevar a cabo un proceso
de higienización y control de temperatura y humedad para favorecer a cada persona,
proceso, equipo, etc. ¿Qué es lo que supone tener tantos equipos de aire acondicionado? ¿Tiene algo
malo? Pues para que una máquina de aire acondicionado funcione se necesita energía
eléctrica (hablando únicamente de los equipos eléctricos). Esto en sí no es malo, pero,
¿cómo se puede generar la energía? Ahí reside la clave.
Volviendo a la raíz de todo: en la naturaleza es posible encontrar diversas y
variadas fuentes de energía. Dependiendo cómo se genera energía, es decir, la elección
de la fuente de energía va a ser determinante en si es malo tener tantos equipos de
climatización.
Una de ellas, el carbón, combustible por excelencia de la Revolución Industrial y
las primeras locomotoras, que propulsó increíbles avances tecnológicos y en la
movilización entre los siglos XIX y XX. Sin embargo, hoy en día su uso es muy
reducido debido a la contaminación que produce en el ambiente la combustión de este
combustible y las altas emisiones de dióxido de carbono que potencia todavía más el
efecto invernadero [3]. Si se emplearan únicamente carbón o sus sucesores como el
petróleo y sus derivados: gasolina, gasóleo, queroseno, se daría lugar a un mundo
caracterizado por las altas concentraciones de compuestos nocivos en la atmósfera y
temperaturas extremas.
Estas son las razones por las que las energías renovables están a la orden del día.
Energía de generación limpia sin emisiones (o muy bajas), abundantes y sobre todo
inagotables. En 2016 el planeta llegó a un acuerdo. 196 países del mundo se
comprometieron a frenar el cambio climático e impusieron el objetivo de no aumentar la
temperatura del planeta en 2 ºC (marcaron un límite más estricto en 1.5 ºC) [4]. Para
ello, la energía de origen renovable tendría que impulsarse más que nunca y Europa
notó el cambio, claramente.
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