Abstract:
En la actualidad, las competiciones de los deportes de resistencia se deciden por
márgenes cada vez más reducidos. El ciclismo, tradicionalmente considerado como uno de los
deportes más exigentes (El Helou et al., 2010; Larsen, 2018), ha ido cambiando y evolucionando
a lo largo de las últimas décadas, reduciendo el volumen total de kilómetros recorridos en las
etapas de las grandes vueltas y aumentando la intensidad de las mismas (El Helou et al., 2010),
habiendo incidido de forma directa sobre el desarrollo de la competición, y sobre las diferencias
de tiempo en la clasificación final de las carreras, siendo éstas cada vez más ajustadas. La
diferencia entre ganar y perder lo puede marcar una mejor optimización del rendimiento
deportivo, ámbito donde se encuentra la individualización del programa de entrenamiento, un
factor que ha evolucionado con el descubrimiento y creación de nuevas herramientas que
permiten una mejor y más eficaz optimización del rendimiento deportivo (Kiviniemi et al., 2010).
Aplicar la individualización del entrenamiento puede garantizar obtener mayores mejoras,
particularmente de sujetos susceptibles a una respuesta pobre a programas de entrenamientos
del corte tradicional (Kiviniemi et al., 2010). Cabe recordar que factores como la edad, el género,
la raza, el nivel de estado de forma inicial y el componente genético (Bouchard et al., 1999;
Bouchard & Rankinen, 2001; Rankinen et al., 2003) impiden que un programa de entrenamiento
predeterminado genere unas mismas adaptaciones en todos los individuos que lo realicen
(Vollaard et al., 2009).
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