Implicaciones terapéuticas de las alteraciones en la apariencia física asociadas al tratamiento con antipsicóticos en pacientes con trastorno mental grave.

Abstract

La apariencia física es un factor importante de aceptación social. Los enfermos mentales pueden presentar un deterioro de su imagen debido a factores añadidos a la enfermedad, como pueden ser un estilo de vida difícil inducido por la enfermedad mental y los efectos secundarios de los antipsicóticos. Una causa especial de abandono son los efectos adversos relacionados con la apariencia y que los pacientes identifican como estigmatizantes socialmente. El objetivo principal de este trabajo ha consistido en explorar los efectos adversos que frecuentemente aparecen en la práctica clínica diaria con pacientes que sufren un trastorno mental grave, y que afectan a la apariencia física produciendo una serie de consecuencias terapéuticas y sociales. Por una parte, se ha procedido a realizar una búsqueda bibliográfica lo más exhaustiva posible, y por otra parte se ha realizado una descripción sobre las observaciones realizadas en terapias con grupos focales que tuvieron lugar en el centro de salud mental Dr. Esquerdo. Los efectos adversos que más afectan negativamente a la imagen personal son: aumento de peso, problemas en los dientes, hirsutismo, sialorrea, distonias, marcha parkinsoniana, discinesias e incontinencia urinaria. Estos efectos producen una disminución de la autoestima y de la calidad de vida, dando lugar a dificultades psicosociales e insatisfacción corporal. Los profesionales de la salud en general infravaloran los efectos indeseados respecto a la percepción subjetiva de los pacientes. Esto lleva en ocasiones a la ruptura de la alianza terapéutica y al abandono del tratamiento, afectando al proceso de rehabilitación. Las publicaciones y trabajos que abordan esta problemática son muy escasos, reflejando el estigma y vacío que sigue existiendo actualmente en relación al adecuado manejo terapéutico de los trastornos psiquiátricos. La atención y mayor conocimiento de este problema supone una oportunidad para mejorar el tratamiento de los pacientes con trastorno mental grave por parte de los profesionales sanitarios implicados.