Abstract:
El psicólogo Dan Olweus es considerado como el pionero en el estudio e
investigación sobre la intimidación en la escuela. En 1983 desarrolló un
Programa de Prevención en el cual definía el acoso escolar como una
“conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un/a alumno/a
contra otro/a, al que escoge como víctima de repetidos ataques.”
Por otra parte, el Informe Cisneros VII (2005) define el acoso escolar como
“un continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un niño por
parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objeto de
someterlo, apocarlo, asustarlo, amenazarlo y que atenta contra la dignidad del
niño.”
En los últimos años se ha visto incrementado el número de casos conocidos
de acoso escolar. A pesar de ello y de que, al parecer, puede considerarse
una cuestión de reciente aparición, cabe destacar que el bullying existe desde
hace bastante tiempo y que hasta hace poco se calificaba como “cosas de
niños”, de ahí que durante ese período existiese cierta pasividad ante este
tema.
Además existen varias investigaciones recientes que evidencian las
consecuencias negativas para la salud mental que tiene esta persecución
sistemática, sumado a ello, las secuelas en el desarrollo del menor, así como
en la calidad de vida del mismo. Por otra parte, dichas investigaciones
subrayan el impacto que puede haber en la convivencia escolar dentro de los
centros educativos (Springer, Cuevas, Ortiz, Keis y Wilkinson, 2015) un clima positivo y reducir conductas agresivas también reducen el impacto del
Bullying aunque no sea su objetivo específico, como es el caso de los
programas de inteligencia emocional.
El objetivo principal de este estudio es establecer la relación entre las distintas
dimensiones de Inteligencia Emocional y los diferentes roles implicados en el
fenómeno de bullying.
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