Resumen :
El arte de contar historias ha evolucionado de la mano del ser humano que las cuenta,
donde cada técnica narrativa genera un mundo radicalmente distinto. El foco de este trabajo
recae en dos metodologías principales: la de brújula y la de mapa. La metodología de brújula
se caracteriza por una escritura intuitiva y libre, donde el autor descubre la historia a medida
que avanza, mientras que la metodología de mapa implica una planificación detallada y
estructurada antes de comenzar la redacción. Para ilustrar las diferencias y el impacto de
cada enfoque, se examinan dos relatos: The Gunslinguer (King, 1982), de un autor conocido
por su uso del formato de brújula, y Alomante Jak (Sanderson, 2017), de un autor que
emplea el formato de mapa. El relato de King muestra una narrativa que fluye de manera
orgánica, con giros inesperados y una evolución natural de los personajes y la trama,
mientras que el relato de Sanderson presenta una construcción meticulosa y coherente, con
una estructura clara y elementos cuidadosamente planificados que se entrelazan a lo largo
de la historia. Los resultados del análisis confirman que la metodología utilizada tiene un
impacto significativo en la forma y el desarrollo de la narrativa. La metodología de brújula
aporta frescura y espontaneidad, resultando en sorpresas y una conexión más visceral con
los personajes, mientras que la metodología de mapa garantiza coherencia y solidez en la
trama, ofreciendo una experiencia de lectura más estructurada. Ambas metodologías tienen
ventajas distintivas y su elección depende del objetivo narrativo del autor, evidenciando que
la metodología empleada influye en la forma general de la historia contada.
The art of storytelling has evolved alongside the humans who tell these stories, with each
narrative technique generating a radically different world. This work focuses on two main
methodologies: the "gardener" method and the "plotter" method. The gardener method is
characterized by intuitive and free writing, where the author discovers the story as it
progresses, while the plotter method involves detailed and structured planning before
beginning the writing process. To illustrate the differences and the impact of each approach,
two stories are examined: The Gunslinger (King, 1982), by an author known for using the
pantser format, and Mistborn: Secret History (Sanderson, 2017), by an author who employs
the plotter format. King's story shows a narrative that flows organically, with unexpected
twists and a natural evolution of characters and plot, while Sanderson's story presents a meticulous and coherent construction, with a clear structure and carefully planned elements
that intertwine throughout the narrative. The results of the analysis confirm that the
methodology used has a significant impact on the form and development of the narrative.
The gardener method brings freshness and spontaneity, resulting in surprises and a more
visceral connection with the characters, while the plotter method guarantees coherence and
solidity in the plot, offering a more structured reading experience. Both methodologies have
distinctive advantages, and their choice depends on the author's narrative goal,
demonstrating that the employed methodology influences the overall shape of the story
told.
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