Resumen :
La comunidad científica dedicada al ámbito del deporte ha mostrado interés sobre la salud mental del deportista (Chang et al., 2020; Oliveira et al., 2022; Poucher et al., 2019; Rice et al., 2016; Wolanin et al., 2015). Además, muchos atletas consideran fundamental este aspecto para lograr éxito en su respectivo deporte.
Sin embargo, dichos deportistas no siempre tienen experiencias positivas con su contexto deportivo (Frasher-Thomas & Coté, 2009; Fontana & Fry, 2017). De hecho, muchos son los que deciden parar debido a experiencias negativas, incluyendo dentro las relacionadas con el entrenador/a (Coakley, 2004).
Entrenadores, padres, compañeros y amigos representan la principal red social la cual influye, en diferentes niveles, en la experiencia deportiva de los deportistas (Weiss, 2001). El entrenador, en particular es una figura significativa cuya presencia, acciones y forma de dirigirse a sus deportistas tienen consecuencias en el desarrollo físico y psicológico de estos (Martens, 1997). Por lo tanto, se puede afirmar que la relación entre el entrenador y el deportista es un componente crucial en la vida del atleta que influye no solo en su rendimiento, sino también en si desarrollo físico y psicológico, como hemos mencionado anteriormente (Davis et al., 2018; Isoard-Gautheur et al., 2016; Schinke et al., 2018).
Sin embargo, a pesar de todo lo mencionado anteriormente, el impacto de las actitudes críticas por parte, como lo es el entrenador, no está muy explorado en la literatura científica.
Por ello, el objetivo de este trabajo de intervención es descubrir cómo ese criticismo percibido, por parte del deportista, del entrenador, afecta a variables individuales y colectivas relacionadas con la calidad en la relación del grupo y el rendimiento individual de cada jugador/a.
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