Resumen :
El embarazo representa una etapa fundamental en la vida de una mujer, durante la cual se producen numerosos cambios fisiológicos que pueden influir en la farmacocinética de diversos fármacos, afectando así a los procesos LADME, que es la ruta que siguen los fármacos en el organismo (liberación, absorción, distribución, metabolismo y excreción).
Entre estos cambios se incluyen el enlentecimiento del vaciado gástrico, la disminución de la motilidad gastrointestinal, el aumento del volumen de agua corporal total, la reducción de las proteínas plasmáticas (como la albúmina) y su capacidad de unión, el aumento del metabolismo hepático de algunas enzimas, como es la CYP3A4, y el aumento del filtrado glomerular, entre otros.
Estas modificaciones pueden llevar a un fracaso terapéutico o, por el contrario, a toxicidad, debido a que las concentraciones plasmáticas de los medicamentos administrados en mujeres gestantes pueden variar, y esto se puede observar mediante los parámetros farmacocinéticos AUC, Cmax, aclaramiento y volumen de distribución.
Es crucial considerar todos estos cambios en conjunto para asegurar que las concentraciones plasmáticas de los fármacos se mantengan dentro del rango terapéutico adecuado en todo momento.
La recomendación para el ajuste de dosis en pacientes embarazadas será, por lo general aumentar la dosis siempre que sea necesario para el efecto deseado, llegar a concentraciones plasmáticas óptimas. En la mayoría de casos estudiados, no fue necesario un aumento de dosis.
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