Cómo afectan los turnos a la salud psicológica de los profesionales sanitarios antes y después del COVID-19.

Abstract

Con la pandemia COVID-19 el personal sanitario ha sido uno de los gremios más afectados por el ritmo frenético que llevaban, ya que muchos/as enfermeros/as tenían turnos hasta de 36 horas, interrumpiendo su sueño o directamente durmiendo de manera intermitente, la consecuencia de esto es que actualmente podamos encontrar personal gravemente afectado psicológicamente. El objetivo de este estudio fue analizar la influencia del trabajo a turnos en la aparición de insomnio en la población laboral. Se realizó una búsqueda bibliográfica, utilizando los términos DeCS “Insomnia”, “Occupational Health” y “Shift Work”, en las bases de datos Pubmed, Scopus, Web of Science y CINAHL. Se incluyeron artículos publicados desde enero 2002 hasta enero 2022, tanto en inglés como en castellano. La calidad metodológica se evalúo por medio de las guías CONSORT y STROBE. Se incluyeron 7 estudios que cumplieron los criterios de inclusión. La calidad metodológica de los artículos fue alta (STROBE: 18/22, CONSORT: 20/25). En base a los registros seleccionados, se identificó una prevalencia para el insomnio relacionada con la turnicidad entre el 25% y el 53%. La duración y la rotación de los turnos influyeron en la aparición del insomnio, siendo más beneficiosos los turnos de 12 horas o con sistemas de rotaciones rápidas y hacia adelante. Junto a la turnicidad se analizaron otros factores como el estrés, la ansiedad, la salud percibida, los estilos de vida saludable y hábitos tóxicos, la siniestralidad laboral, la fatiga o el nivel de carga laboral. El insomnio influenciado por la turnicidad es un problema de salud pública a nivel mundial que afecta a la calidad de vida personal y laboral. Las características y el contexto en el que se desarrolla el trabajo a turnos, a veces junto a otros factores, como las circunstancias que se vivieron durante la pandemia COVID, influyen en la aparición de consecuencias negativas dando lugar sobre todo a síntomas depresivos y de ansiedad. Además, se constata una mayor eficacia en el trabajo y su mantenimiento a largo plazo en personas con otras condiciones laborales que permiten un descanso regular. Es necesario impulsar más acciones de prevención e intervención destinadas a mejorar los hábitos de sueño de los profesionales sanitarios para minimizar las graves consecuencias a nivel de salud física y psicológica que experimentan.