Teletrabajo y brecha de género en el ámbito público

Abstract

Después de la pandemia ocasionada por la COVID-19, todavía existen vacíos jurídicos relacionados con el trabajo a distancia y el teletrabajo ya que no son figuras recientes, es cierto que tienen un corto recorrido en nuestra historia laboral ya que su regulación más exhaustiva comenzó tres años atrás. Concretamente el teletrabajo como modalidad de trabajo a distancia ha evolucionado mucho en el ámbito público durante los últimos años. Actualmente la figura del teletrabajo está mucho más extendida en el sector público que en el privado3. De acuerdo con el Informe de Seguimiento del Trabajo a Distancia en el mes de marzo de 2023 realizado por el Ministerio de Hacienda la cifra de funcionarios que teletrabajan asciende a 53.742, el 41,43% sobre el total de empleados al servicio de la Administración General del Estado, de los cuales el 58,60% son mujeres (31.530) y el 41,40% son hombres (22.212).4 Estas cifras contrastan con las publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en noviembre de 2022 para el sector privado que muestran que tan solo el 14% de la población teletrabaja. En función del sexo el porcentaje de mujeres (14,3%) que teletrabaja supera al de hombres (13,7%). Estos datos muestran dos realidades, en primer lugar, son las mujeres las que acceden en mayor medida al teletrabajo tanto en el ámbito público como en el privado y, en segundo lugar, las cifras indican una mayor implantación del teletrabajo en la Administración Pública en los últimos años debido a diversos factores, entre ellos el Plan de ahorro energético para la Administración aprobado por el Consejo de ministros el día 19 de marzo de 2023, con el fin de promover el ahorro y la eficiencia energética en la Administración General del estado con medidas como el teletrabajo. Este plan incluye medidas “para reducir el impacto energético tanto por los desplazamientos al lugar de trabajo como por el consumo de energía en el propio centro de trabajo, garantizando siempre la prestación y calidad del servicio público.” Las autoridades estatales desarrollaron este plan desde su entrada en vigor durante la última etapa de 2022 y cada organismo público de mayor y menor dimensión puso en marcha su propio plan de trabajo con el fin de incorporar rápida y eficazmente la figura del teletrabajo en sus ámbitos de actuación. Gracias a esto el desarrollo del teletrabajo se ha extendido en el ámbito público más que en el privado, a pesar de estar menos regulado. Desde la perspectiva de género también vemos mucho más pronunciado el impacto del trabajo a distancia en el sector femenino tanto en el ámbito privado como en el público, como se introduce anteriormente. De acuerdo con el Informe de brecha salarial de género realizado por el Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF)5 las mujeres se acogen más a la modalidad de teletrabajo y además esta modalidad agrava las desigualdades entre sexos y aumenta la carga de trabajo para la mujer que debe atender sus obligaciones domésticas mientras intentan realizar su trabajo profesional, tal y como muestra un Informe realizado por este mismo sindicato sobre Teletrabajo y conciliación. Es esto lo que ha llamado mi atención y en lo que se centrará este trabajo.