Evaluación de los indicadores de calidad y puntos de mejora en la asistencia urgente hospitalaria de los pacientes adolescentes y adultos con intoxicación aguda. Sesgo de sexo y género.

Abstract

Objetivo. La mejora de la calidad asistencial requiere una estrategia de evaluación continuada y para ello la creación y aplicación de indicadores de calidad (IC) representan una herramienta fundamental. Este estudio pretende identificar y conocer el grado de cumplimiento de los IC en las intoxicaciones agudas en los servicios de urgencias hospitalarias (SUH) de adultos y evaluar si existen diferencias según el sexo. Métodos. Cohorte retrospectiva de pacientes mayores de 14 años diagnosticados de intoxicación aguda atendidos en el SUH del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante, entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de diciembre de 2021. Se recogieron variables demográficas, de destino, tipo de tóxicos y causa de la intoxicación y 19 IC, siendo la variable de resultado el grado de cumplimiento de los IC y las diferencias en el grado de cumplimiento según el sexo. Resultados. Se incluyeron un total de 1144 pacientes, de los cuales 710 (62.1%) eran mujeres, con una edad media de 42 años (DE 17). No se registró la frecuencia cardiaca y la presión arterial en el 17% de los pacientes. La frecuencia respiratoria no fue registrada en el 99% y la escala de coma de Glasgow en el 89%, sin diferencias entre sexos para ninguna constante clínica (p>0,05). Las benzodiacepinas fueron la etiología en el 46,4% de los pacientes, siendo el tóxico más frecuente para ambos sexos y con mayor prevalencia en las mujeres (p<0,05). El alcohol apareció en tercer lugar (16,4%) sin diferencias entre sexos (p=0,05) y la cocaína fue más prevalente en los hombres (6%)(p<0,05). La vía de exposición digestiva se presentó en el 77,6% de los pacientes, similar para ambos sexos (p=0,052), y el 47,3% tuvo intencionalidad suicida, con mayor frecuencia en las mujeres (p<0,05). Se recogió la hora de exposición en el 60,6% de los intoxicados con benzodiacepinas, con inferioridad para los hombres (p<0,05). Se determinaron los niveles de paracetamol en el 58,3% de los pacientes en los que estaba indicado, sin diferencias entre sexos (p=0,062). Se administró flumazenilo en un 1,1% de pacientes sin indicación y el 61,8% de los intoxicados por CO no recibió oxigenoterapia precoz, con inferioridad en las mujeres (p<0,05). El 41,9% de los pacientes fue dado de alta tras su atención en urgencias, las mujeres pasaron a observación de urgencias con más frecuencia (21,3%) mientras que más hombres fueron ingresados en hospitalización (4,8%) y en unidad de críticos (3,5%)(p<0,05). Un 5,8% de los pacientes pidieron el alta voluntaria y un 3,1% se fugaron del hospital, siendo más frecuente en el sexo masculino (p<0,05). Conclusiones. Este trabajo ha permitido medir la eficacia y eficiencia de la atención de pacientes con intoxicación aguda en los SUH, detectando errores y permitiendo la búsqueda de soluciones y actualización de los métodos de trabajo. A su vez, muestra la existencia de sesgo de sexo en la aplicación de ciertos indicadores de calidad para la atención de estos pacientes.

Objective. Improving the quality of care requires a continuous evaluation strategy and, for that, the creation and application of quality indicators (QI) represent a fundamental tool. This study aims to identify and determine the degree of compliance with QIs in acute poisoning in adult hospital emergency departments (EDs) and to assess whether there exist differences by sex. Methods. Retrospective cohort of patients over 14 years of age diagnosed with acute poisoning treated in the ED of the Dr. Balmis University General Hospital in Alicante, between January 1st, 2018 and December 31st, 2021. Demographic variables, destination, type of toxins and cause of intoxication and 19 QI were compiled, being the outcome variable the degree of compliance with the QIs and the differences in the degree of compliance according to sex. Results. A total of 1144 patients were included, of whom 710 (62.1%) were women, with an average age of 42 years (SD 17). Heart rate and blood pressure were not taken in 17% of patients. Respiratory frequency was not measured in 99% and the Glasgow coma scale in 89%, with no differences between the sexes for any clinical constant (p>0.05). Benzodiazepines appeared in 46.4% of the patients, being the most frequent toxin for both sexes and with a higher prevalence in women (p<0.05). Alcohol appeared in third place (16.4%) with no differences between sexes (p=0.05) and cocaine was more prevalent in men (6%) (p<0.05). The digestive route of exposure occurred in 77.6% of the patients, similar for both sexes (p=0.052), and 47.3% had suicidal intent, more frequently in women (p<0.05). The time of exposure was recorded in 60.6% of those intoxicated with benzodiazepines, with inferiority for men (p<0.05). Paracetamol levels were determined in 58.3% of the patients for whom it was indicated, with no differences between sexes (p=0.062). Flumazenil was administered in 1.1% of patients without indication and 61.8% of those poisoned by CO did not receive early oxygen therapy, with inferiority in women (p<0.05). 41.9% of the patients were discharged after their care in the ED, women went to ED observation more frequently (21.3%), while more men were admitted to the ward (4.8%) and critical unit (3.5%) (p<0.05). 5.8% of the patients requested voluntary discharge and 3.1% escaped from the hospital, being more frequent in males (p<0.05). Conclusions. This work has allowed to measure the effectiveness and efficiency of the care of patients with acute poisoning in the ED, detecting errors and allowing the search for solutions and updating of work methods. In turn, it shows the existence of gender bias in the application of certain quality indicators for the care of these patients.