Abstract:
Después de un accidente cerebrovascular, las familias requieren la asistencia
coordinada de los servicios de salud y sociales. Actualmente existe una carencia de evaluación integral y de herramientas apropiadas para identificar necesidades al alta hospitalaria, hay una gestión separada de los recursos de salud y sociales, y el acceso a estos servicios es variable entre las regiones. El objetivo principal fue investigar sobre los factores asociados al riesgo de la dependencia después de sufrir un ictus y proponer un instrumento para identificar aquellos pacientes con mayor riesgo.
MÉTODOS: Estudio prospectivo y comunitario de una cohorte de pacientes que sufrieron un ictus durante 2 años. La variable principal fue la situación de dependencia reconocida. Los predictores potenciales fueron identificados mediante una regresión multivariante y mediante la curva ROC para definir su capacidad discriminativa.
RESULTADOS: Se incluyeron 233 casos supervivientes tras un episodio de enfermedad cerebrovascular; el 49,8% eran mujeres y la edad media 78,1±11,6 años. La densidad de incidencia de dependencia fue de 31.5 (IC95% 26,1-37,7) personas-año. Los factores independientes asociados al pronóstico de dependencia fueron: edad>80 años (RR 2,03 IC95% 1,32-3,12, p=0,001), Pfeiffer¿4 (RR 1,82 IC95% 1,25-2,66, p=0,002), Barthel<60 (RR 1,79 IC95% 1,21-2,66 p=0,003), y Charlson ¿3 (RR 1,49IC95% 1,02-2,16 p=0,039). El AUC fue
0,84 (IC95% 0,79-0,89; p <0,001).
CONCLUSIONES: El accidente cerebrovascular tiene importantes consecuencias como resultado de dependencia. La edad, el deterioro cognitivo y/o físico, y las comorbilidades medidas el test de Pfeiffer, la escala de Barthel, y el índice de Charlson identificaron a las personas de alto riesgo de dependencia y pueden facilitar el papel coordinado de los servicios médicos sociales.
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