Ejercicio físico y función cognitiva en adultos mayores

Abstract

Se ha demostrado que las habilidades cognitivas se consolidan durante la adolescencia y alcanzan su máxima eficiencia durante la juventud. Por desgracia, cuando empezamos a envejecer comienza su deterioro. Esta disminución tiene un efecto directo en la vida diaria de las personas mayores, afectando a su calidad de vida y funcionalidad. Es por ello por lo que resulta importante buscar fórmulas para detener o lentificar este proceso. La evidencia científica muestra el ejercicio físico como una herramienta útil para reducir el deterioro cognitivo e incluso mejorarlo durante el envejecimiento. Además, la literatura científica lleva tiempo intentando explicar las variables de prescripción de ejercicio de podrían influir en esas mejoras de la función cognitiva en el envejecimiento. Por tanto, el objetivo de la presente tesis fue ayudar a incrementar el conocimiento de la relación de dichas variables para una correcta prescripción de ejercicio físico en beneficio de la función cognitiva de las personas mayores.

El presente documento presenta una serie de investigaciones para analizar el efecto del ejercicio físico en la función cognitiva de las personas mayores en relación con el tipo y la intensidad del ejercicio físico, tanto de forma aguda como crónica. En un estudio previo realizado se comprobó el efecto crónico del ejercicio físico en la respuesta cognitiva de las personas mayores al participar en un programa de ejercicio físico durante 6 meses. El resultado de dicho estudio implicó una mejora en algunas variables de la condición física, pero no una mejora en la función cognitiva. Al analizar los posibles motivos por los que no se había logrado una mejora de la función cognitiva, se observó que la baja adherencia, la falta de mejora de la condición física aeróbica, y la falta de control de la intensidad, podían haber sido la consecuencia de estos resultados. En consecuencia, se planteó en esta tesis un primer estudio para determinar la forma más eficaz de valorar la intensidad del ejercicio, comprobando la ineficacia de la acelerometría con el fin de valorar las sesiones de ejercicio físico, especialmente aquellas que no estaban centradas en desplazamientos constantes. En un segundo estudio se observó de forma aguda si diferentes tipos de ejercicios producían diferente impacto en la función cognitiva y si éste era dependiente del SNP de BDNF. Dicho estudio mostró que no parece haber diferencias en los beneficios en la función cognitiva según el tipo de actividad, sino que es la intensidad la que podría ser el elemento diferenciador.

Con el fin de poder generar transferencia a la sociedad, se participó en dos proyectos europeos cuya finalidad fue la creación de dos manuales de ejercicio que permitieran aplicar en diferentes entornos de la Comunidad Europea el conocimiento adquirido. Como resultado de la aplicación de los manuales creados a nivel europeo, se pudo observar que el entrenamiento físico es la estrategia determinante para mantener la función cognitiva y que, mejorar la condición física de las personas mayores, independientemente de su edad, produce mejoras en su bienestar subjetivo que ayuda a aumentar su calidad de vida. Por último, se elaboró una recopilación de lo aprendido y las perspectivas futuras de la investigación y se publicó una editorial en una revista científica. En conclusión, los hallazgos obtenidos muestran la capacidad del ejercicio físico para producir respuestas tanto físicas como cognitivas, así como agudas y crónicas, también se evidencia la necesidad de controlar de forma individualizada las variables que determinan los programas de ejercicio físico.