Intervención con adolescentes para la prevención de la explotación sexual

Abstract

En las últimas décadas ha habido en España un gran avance en materia de Igualdad. Sin embargo, y en contra de lo esperado, una forma de expresión de desigualdad y violencia de género que está en aumento es la prostitución. España es el país europeo líder en consumo de prostitución y ocupa el tercer lugar a nivel mundial (Meneses-Falcón y Urío, 2021). La prostitución es la mejor escuela de desigualdad humana, donde “uno de los núcleos del placer que experimentan (los hombres que consumen prostitución) reside en entrar en relaciones físicas definidas por su situación de poder y falta de reciprocidad” (De Miguel, 2012, p.54). En el entramado prostitucional, la mujer tiene el rol de persona prostituida (el 96% de víctimas con fines de explotación sexual detectadas por el Ministerio del Interior en 2019 eran mujeres y niñas), y el hombre tiene el rol de prostituidor o prostituyente (el 99,7% de los puteros son hombres - Pérez, Verdugo, y Gómez, 2015). Y las cifras de consumidores van en aumento, sobre todo entre los hombres jóvenes de entre 18 y 25 años (Meneses-Falcón y Urío, 2021), provocando un mayor “impulso” para la captación de mujeres y niñas, y para la diversificación de la oferta que abastece la demanda del mercado.