Resumen :
El trastorno por uso de sustancias (TUS) tiene efectos negativos tanto en la salud física como en la mental, generando dependencia, barreras sociales y comorbilidades. Se ha observado que el ejercicio físico puede ser una herramienta complementaria al tratamiento que ayude a mejorar el estado de salud en múltiples dimensiones de aquellos que lo padecen.
Se realizó una investigación en 10 mujeres con diagnóstico de TUS que recibían tratamiento en un centro de rehabilitación. El programa de ejercicio concurrente tuvo una duración de 12 semanas, con 3 sesiones semanales dirigidas por profesionales. La intensidad y dificultad técnica fue aumentándose progresivamente. La evaluación del proceso se realizó en 3 ocasiones (al inicio, a mitad y al final), valorando la condición física, la calidad de vida, la adherencia al ejercicio.
Los resultados muestran que la realización de ejercicio físico regular produce mejoras a nivel físico y psicológico, teniendo un impacto positivo en la calidad de vida de los participantes, lo que contribuye a una mejor adherencia al tratamiento que abogue por conseguir menores tasas de abandono y recaída. Dado que la muestra fue pequeña, la mayoría de los hallazgos no son significativos y, por tanto, no es posible generalizarlos. Por ello, se debe continuar investigando en esta población para que el análisis y comparación de los datos sea más exhaustivo.
Substance Use Disorder (SUD) has negative effects on both physical and mental health, leading to dependency, social barriers, and comorbidities. It has been observed that physical exercise can be a complementary tool to treatment, helping to improve the health status of individuals suffering from this condition across multiple dimensions.
A study was conducted with 10 women diagnosed with SUD who were receiving treatment at a rehabilitation center. The concurrent exercise program lasted 12 weeks, with 3 weekly sessions led by professionals. The intensity and technical difficulty were progressively increased. The evaluation of the process was carried out at three points (at the beginning, mid-point, and end), assessing physical condition, quality of life, and exercise adherence.
The results show that engaging in regular physical exercise leads to improvements both physically and psychologically, positively impacting the participants' quality of life, which in turn contributes to better treatment adherence and potentially lower rates of dropout and relapse. Since the sample size was small, most of the findings are not significant and thus cannot be generalized. Therefore, further research with this population is needed to provide a more comprehensive analysis and comparison of the data.
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