Resumen :
La inducción del parto es uno de los procedimientos más frecuentes en obstetricia. En el año 2018, de los 250.704 partos atendidos en España, en 83.624 se indujo el parto, lo que supone el 21,8%. Están bastante claras las recomendaciones para la inducción del parto cuando existe una indicación clínica (embarazo postérmino, rotura prematura de membranas, estados hipertensivos del embarazo, etc.), sin embargo, con respecto a la inducción electiva en gestantes de bajo riesgo que se encuentran en la semana 39 de embarazo, la práctica común ha sido evitarla debido a la falta de evidencia de beneficio perinatal y la preocupación por una mayor frecuencia de parto por cesárea. Desde la publicación en 2018 de los resultados del ensayo clínico ARRIVE, se han realizado múltiples estudios que han demostrado la disminución de las complicaciones neonatales y maternas asociada a la inducción electiva del parto en semana 39 en gestantes de bajo riesgo, con un descenso de la tasa de cesáreas. A pesar de esto, actualmente no existe una clara recomendación para indicar la inducción electiva en este grupo de gestantes, por lo que se ha decidido desarrollar este ensayo clínico en nuestro centro hospitalario para valorar si los resultados del estudio ARRIVE son extrapolables a nuestra población de gestantes y si deberíamos por tanto cambiar nuestros protocolos.
Labor induction is one of the most common obstetric intervention. In 2018, of the 250,704 births attended in Spain, 83,624 had labor induced, which represents 21.8% of births. The recommendations for labor induction are quite clear when there is a clinical indication (postterm pregnancy, premature rupture of membranes, hypertensive states of pregnancy, etc.), however, elective induction of labor in low-risk women in the 39th week of gestation, has been to avoid induction due to lack of evidence of perinatal benefit and concern about a higher frequency of cesarean delivery. Since the publication in 2018 of the results of the ARRIVE clinical trial, multiple studies have been carried out that have shown a decrease in neonatal and maternal complications associated with elective induction of labor in low-risk women in the 39th week of gestation, with a reduction in the rates of cesarean birth. Despite this results, there is currently no clear recommendation to indicate elective induction in this group of pregnant women, so we have decided to carry out this clinical trial in our hospital to assess whether the results of the ARRIVE study can be extrapolated to our population of pregnant women and if we should therefore change our protocols.
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