El testigo en el proceso penal español: Especial atención al menor de edad

Abstract

El proceso penal está fundamentado en tres pilares fundamentales, en principio, como un mecanismo para dar respuesta a conflictos de intereses por la comisión de un delito; al plantear el conflicto también se convierte en el medio para su resolución, el cual está regido por principios y garantías de un debido proceso donde las mismas partes en conflicto son las que impulsan su resolución a través de sus alegatos y pruebas que sustentan los hechos. Esa es la razón que le otorga relevancia a la actuación probatoria de las partes en el proceso, porque son los alegatos y pruebas los que determinan los fundamentos que van a sustentar el pronunciamiento del juez. De allí surge el testimonio como uno de los mecanismos para justificar los hechos alegados. No obstante, en el ámbito judicial se presume que cualquier ciudadano es capaz para rendir declaración en un proceso, aunque la norma establece ciertos supuestos que limitan esta actuación, estableciendo de forma expresa los sujetos exentos de dar su testimonio, de modo que no se ha establecido un criterio subjetivo. Sin embargo, las declaraciones testificales presentan ciertas particularidades de carácter procesal con respecto al sujeto en su cualidad de parte, bien sea como víctima, testigo o como presunto sujeto activo del ilícito penal. Estas particularidades especialmente en los menores de edad formaran parte del enfoque de esta investigación, así como la valoración del testimonio y los límites para rendir declaración de los menores de edad de conformidad con la legislación vigente y los diversos criterios aportados por la doctrina y jurisprudencia. Recordemos que el proceso penal español se rige por el principio de la libre valoración de la prueba de conformidad con el art. 741 LECrim. Es decir, el órgano jurisdiccional aprecia las pruebas según su conciencia en atención a las motivaciones planteadas por la parte acusatoria, la defensa y lo expresado por el procesado. Teniendo presente que la libre valoración de la prueba no debe ser entendida como la discrecionalidad o arbitrariedad del juez para interpretar los hechos, sino valorar las pruebas bajo reglas del criterio racional, con lógica, y la máxima de experiencia que suministren los peritos. Bajo este contexto se plantea como objetivo general de la investigación el estudio de la legislación reguladora de la figura del testigo, en su cualidad de menor de edad en los procesos penales, a los fines de determinar si con la normativa actual, el Estado en su potestad sancionadora puede salvaguardar el derecho de la defensa del acusado y al mismo tiempo salvaguardar la salud mental del menor al actuar como testigo y victima en los juicios penales con la aplicación del régimen de garantías establecido.

The criminal process is supported by three fundamental pillars, on the one hand, it is the mechanism to respond to conflicts of interest as a result of the commission of a crime; Once this conflict has been raised, this is precisely the means for its resolution governed by principles and guarantees of a due process in which it is intended that the parties in conflict are the ones who promote its resolution with their allegations and evidence that support the facts. That is the reason that gives relevance to the probative performance of the parties in the process, because it is the allegations and evidence that determine the grounds that will support the pronouncement of the judge. From there arises the testimony as one of the mechanisms to justify the alleged facts. However, in the judicial field it is presumed that any citizen is capable of giving a statement in a process, although the norm establishes certain assumptions that limit this action, expressly establishing the subjects exempt from giving their testimony, so that it has not been established a subjective criterion. However, the testimonial statements present certain particularities of a procedural nature with respect to the subject in his capacity as a party, either as a victim, witness or as an alleged active subject of the criminal offense. These particularities, especially in minors, will be part of the focus of this investigation, as well as the assessment of the testimony and the limits to render statements of minors in accordance with current legislation and the various criteria provided by doctrine and jurisprudence. Let us remember that the Spanish criminal process is governed by the principle of the free evaluation of the evidence in accordance with art. 741 LECrim. That is, the court appreciates the evidence according to its conscience in response to the motivations raised by the prosecution, the defense and what was expressed by the defendant. Bearing in mind that the free assessment of the evidence should not be understood as the discretion or arbitrariness of the judge to interpret the facts, but rather assess the evidence under rational criteria rules, with logic, and the maximum of experience provided by the experts. In this context, the general objective of the investigation is the study of the legislation regulating the figure of the witness, in his capacity as a minor in criminal proceedings, in order to determine if with the current regulations, the State in its sanctioning power can safeguard the defendant's right to defense and at the same time safeguard the minor's mental health by acting as a witness and victim in criminal trials with the application of the established guarantee regime.