Resumen :
Los estudios revisados denotan la importancia de practicar actividades físicas durante el
período perinatal supervisadas por un profesional. los beneficios son varios y entre ellos
destacan la disminución del peso gestacional, de la diabetes gestacional, preeclampsia,
complicaciones en el parto o que sea prematuro, complicaciones en el recién nacido, así como
la aparición de estados emocionales como la depresión y la ansiedad. Es importante resaltar que recomendación de actividad física en primer lugar se realiza ante mujeres que no presenten ninguna contraindicación desde el punto de vista médico, de ahí la importancia de realizar un adecuado seguimiento a la embarazada.
La gravedad de todos los elementos mencionados, y en los que nos hemos extendido por su importancia, demuestra la necesidad de buscar opciones que coadyuven al mejoramiento de la salud mental y se ha reconocido a la práctica del ejercicio físico como una de las mejores terapias para enfrentar la depresión perinatal, ya que, a diferencia de la terapia farmacológica, tiene mínimos efectos adversos y no requiere de factores externos. El ejercicio efectuado en una forma moderada beneficia la disminución de los síntomas depresivos de la mujer gestante, por lo que puede adoptarse como medida preventiva ante este padecimiento. Además, favorece la pérdida de peso luego del parto, mejora el tono muscular, y todo ello contribuye a que la mujer tenga una mejor percepción de su imagen corporal. La práctica de ejercicio físico también se convierte en una forma de distracción para la mujer que solo se dedica al cuidado del bebe lo que puede ser en ocasiones muy estresante para ella. Al realizar ejercicio físico aumentan los niveles de endorfinas, generando cierto nivel de euforia, lo cual es uno de los beneficios psicológicos obtenidos al realizar este tipo de actividad. Si no existe ninguna complicación obstétrica que lo desaconseje, realizar treinta minutos a una hora de
actividad física conlleva una reducción significativa de la sintomatología depresiva.
la frecuencia puede ser de tres veces por semana y pudiera incrementarse a posteriori
de cuatro a cinco veces por semana. La intensidad algunos estudios revisados la recomiendan
del 60 al 90 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima. otras investigaciones sugieren hacer
una reducción de 15 y 20 latidos por minuto de la zona de trabajo, dado un aumento en la
frecuencia cardíaca basal, que es mayor en el primer trimestre del embarazo, con leves
aumentos en los dos trimestres posteriores, lo que produce que se reduzca la frecuencia
cardíaca de reserva.
De manera general, se ha recopilado evidencia científica que valida la práctica de actividad física de manera moderada durante el embarazo. esto no genera riesgos para la salud de la madre ni de su bebé. no se encuentra asociado al riesgo de padecer bajo peso al nacer o partos prematuros, ni tampoco abortos o cesáreas.
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