La queja como metodología feminista

Abstract

Este proyecto de investigación explora el papel de la queja en las vidas de quienes están en ese otro lado que no es el del poder y el privilegio. La violencia epistémica de un capitalismo imperante sitúa las experiencias de estos sujetos en un lugar de no relevancia, desde el cual, se continúa reafirmando la ficción normativa de que la voz de los subalternos es una voz carente de sentido e importancia. Entre todas las veces que estas violencias del sistema se hicieron efectivas, en muchas ocasiones hubo silencio; y en otras tantas, hubo quejas. El siguiente texto toma como objeto de estudio estas expresiones de dolor, rabia y descontento, que en su expresión constituyen una forma de rechazo al mensaje que las estructuras de poder lanzan sobre quién es importante y qué es lo que importa. Hay mucho que aprender de las quejas y de quienes están al límite para decirlas. Hay lenguaje en lo que se filtra por las grietas, hay mucho discurso que escuchar en quien se desborda. Hay muchas historias de quejas en la historia de los feminismos. La queja como metodología feminista recoge estrategias de resistencia que encuentran en la expresión de la vulnerabilidad y la diferencia una forma de hacer justicia sociopolítica en el mundo, y así, una forma de estar en él. Este trabajo es una invitación a ponerlas en práctica y a ponerlas en valor.

This research project explores the role of the complaint in the lives of those who are on that other side that is not the power and privilege one. The epistemic violence of a prevailing capitalism places the experiences of these subjects in a place of non-relevance, from which the normative fiction that the voice of the subordinates is a voice devoid of meaning and importance continues to be reaffirmed. Among all the times that this violence of the system became effective, on many occasions there was silence; and in many others, there were complaints. The following text takes as its object of study these expressions of pain, anger and discontent, which in their expression constitute a form of rejection of the message that power structures send about who is important and what matters. There is much to be learned from complaints and from those who are on the limit to express them. There is language in what filters through the cracks, there is a lot of speech to listen to in those who overflow. There are many stories of complaints in the history of feminisms. Complaint as a feminist methodology gathers resistance strategies that find in the expression of vulnerability and difference a way of creating socio-political justice in the world, and thus, a way of being in it. This Master's Thesis is an invitation to put them into practice and put them in value