Resumen :
Uno de los problemas que más inquietan a la sociedad actual, es el relacionado con el consumo de todo tipo de drogas y las consecuencias que de éste se derivan, tanto a nivel personal como para la sociedad en general.
Es relevante la intervención en la población adolescente debido a la alta prevalencia y al estilo de consumo que se está dando: el consumo juvenil se realiza sobre todo en fines de semana, en espacios públicos y, con la manifiesta motivación de divertirse, se busca intencionadamente drogarse; agravado por una gran tolerancia social en el caso del consumo de sustancias legales (alcohol) y la escasa percepción de riesgo que su uso conlleva.
Asimismo, los datos facilitados por el Observatorio Nacional sobre Drogas, en relación al consumo de drogas en población general y en población adolescente, justifican sobradamente la necesidad de intervención desde todos los recursos disponibles y, la práctica basada en la evidencia científica, recomienda la conjugación de los recursos sanitarios, educativos y comunitarios disponibles.
En España, el fenómeno de las drogas ha experimentado un profundo proceso de transformación, en la actualidad las drogas están vinculadas a la cultura del ocio, a diferencia de lo que sucedía en los años 80, donde el consumo de drogas (principalmente de heroína), estaba asociado a la marginalidad y a la delincuencia.
La progresiva concienciación social sobre el problema de la accidentalidad vial y sus causas, se enfrenta a la conducción con exceso de alcohol y drogas, con gran pasividad y tolerancia social, justificada por el protagonismo de las bebidas alcohólicas y otras drogas (marihuana, cocaína o éxtasis, combinadas entre sí o mezcladas con alcohol y tabaco) alrededor de todos los actos sociales.
El consumo de drogas legales e ilegales, es un tema relevante de salud pública que incluye problemas de índole estrictamente sanitaria, y otros que afectan al bienestar personal y familiar de los afectados, y que tienen importantes consecuencias sociales, laborales y educativas. Tras revisar las estadísticas existentes sobre la relación consumo de drogas (legales e ilegales) y la siniestralidad vial, se pone de manifiesto que sigue tratándose de un problema de notable magnitud, prácticamente asumido e interiorizado por toda la sociedad y consecuencia del cual, siguen falleciendo en la actualidad la friolera cifra del 49,9% de los conductores implicados en un accidente de tráfico y sometidos a autopsia y a un análisis toxicológico y el 37,8% de los peatones, con una tendencia preocupante al alza de conductores que circulaban habiendo consumido algún tipo de sustancia estupefaciente.
Por lo expuesto anteriormente, debemos abordar la solución a esta lacra social desde la información, que ha de ser básica, clara, objetiva y veraz sobre los efectos que produce el consumo de alcohol y otras drogas, así como las consecuencias de su abuso, intentando desmontar algunas creencias erróneas que predisponen a su consumo inadecuado, asumiendo riesgos innecesarios.
Se ha de prevenir desde la educación y tomando consciencia del problema al que nos enfrentamos, teniendo presente la responsabilidad que todos debemos asumir en el logro o fracaso de la resolución de este tema, ya que hemos de ser conscientes, que podemos servir en un momento dado como ejemplo de referencia y modelos a imitar.
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