Abstract:
La leucodistrofía metacromática es un síndrome neurodegenerativo letal con herencia autosómica recesiva, perteneciente al grupo de las enfermedades de depósito lisosomal. La enfermedad se debe, en la mayoría de los casos, a la deficiencia de la enzima lisosomal arilsulfatasa A (ARSA) y, más raramente, a la deficiencia en proteína B activadora de esfingolípidos (Sap B). Esta deficiencia produce la acumulación de sulfátidos, presentes en la mielina, formándose así los gránulos metacromáticos en los oligodendrocitos, macrófagos y algunas neuronas del sistema nervioso central (SNC), así como en las células de Schwann en el sistema nervioso periférico (SNP), lo que resulta en desmielinización y, en consecuencia, en deterioro motor y cognitivo progresivo. Los tratamientos convencionales de esta patología no son eficaces para curar o disminuir los síntomas del deterioro motor y cognitivo, periférico y central, debido a que no consiguen ni curar la enfermedad ni reducir o detener completamente su sintomatología, porque o no tienen eficacia o si la tienen es temporal y solo sobre la neuropatía del SNC, no sobre la neuropatía periférica. Como resultado, se comenzó a estudiar la terapia génica, empleando una estrategia en la que se trasplantaban células madre hematopoyéticas autológas modificadas mediante vectores lentivirales para sobreexpresar el gen ARSA. Se realizó un ensayo clínico en el que se estudió la eficacia y la seguridad en pacientes con MLD infantil tardía y MLD juvenil temprana. Se observó un aumento de la actividad ARSA en SNP y SNC, una mejoría de la función motora gruesa y del coeficiente intelectual, y una disminución de la desmielinización y atrofia cerebral.
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