Resumen :
Actualmente, la oferta de alimentos procesados es más alta que nunca. La tecnología para su
elaboración ha evolucionado, y el sector de la alimentación es una de las armas más potentes de la
industria. Las técnicas de procesamiento permiten que los alimentos puedan aguantar de forma
segura durante largas temporadas de tiempo, y que las personas dispongan de alimentos de
temporada todo el año. Sin embargo, esta investigación se centra en los alimentos considerados
como ultraprocesados: productos muy accesibles, que suelen contener altas cantidades de azúcar,
grasas o sal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir el consumo de azúcares libres al
menos a un 10% de nuestra ingesta calórica, lo que sería igual a 25 gramos. Hay productos donde la
presencia de estos ingredientes es más fácil de reconocer, pero ¿quién podría imaginar que una
pizza precocinada podría contener hasta 17 g de azúcar? Al problema de los ingredientes dañinos
para la salud, se le suma la falta de conocimiento del consumidor. La industria de la alimentación es
uno de los sectores con mayor influencia del mundo, puesto que sus beneficios representan el 10%
del PIB mundial. Un informe de Oxfam advierte que en el mundo hay 7.000 mil millones de personas
y 1.500 millones de productores. Sin embargo, menos de 500 entidades controlan el 70% de la oferta
de alimentos (Oxfam: 2013, p.5). Algunas enfermedades, como la diabetes o la obesidad, están
relacionadas con el consumo de comida ultra-procesada y la falta de actividad física.
Parte del éxito de este sector reside en el marketing. Estas empresas generan muchos beneficios y,
por lo tanto, suelen invertir en publicidad. En la industria de la alimentación todo tiene un sentido.
Aspectos como el nombre, los colores y hasta la forma del envase del producto son claves para
convencer al consumidor de su compra. Sin embargo, las redes sociales han transformado el
concepto de publicidad tradicional, y han abierto la posibilidad a nuevos canales de venta. Pero a
través de internet, también aparecen personas preocupadas por su estado físico y su salud. Son
usuarios, con mucha influencia en las redes, que denuncian los efectos de una alimentación basada
en alimentos ultraprocesados.
Nowadays, the supply of processed foods is higher than ever. The technology for its elaboration has
evolved, and the food sector is one of the most powerful weapons in the industry. Processing
techniques allow food to last longer than before, and people to have seasonal food throughout the
year. However, this research focuses on foods considered to be ultra-processed: easily accessible
products, which often contain high amount of sugar, fat or salt.
The World Health Organization (WHO) recommends reducing the consumption of free sugars to at
least 10% of our caloric intake, which would be equal to 25 grams. There are products in which these
ingredients are easier to recognize, but who could imagine that a pre-cooked pizza could contain up
to 17g of sugar? The problem of health-damaging ingredients adds to the consumer's lack of
knowledge. The food industry is one of the most influential sectors in the world, with its profits
representing 10% of global GDP. An Oxfam report warns that there are 7 billion people and 1.5 billion
producers worldwide. However, fewer than 500 entities control 70% of the food supply (Oxfam: 2013,
p.5). Some diseases, such as diabetes or obesity, are linked to the consumption of ultra-processed
food and lack of physical activity. Part of the success of this sector lies in marketing. These companies make a large profit and
therefore tend to invest in advertising. In the food industry everything makes sense. Aspects such as
the name, colors and even the shape of the product packaging are key factors to convince the
consumer of their purchase. However, social media has transformed the concept of traditional
advertising, and opened up the possibility of new sales channels. Nevertheless, we can also find
people concerned about their fitness and health on the Internet. They are users, with a lot of influence
on networks, who denounce the effects of an ultra-processed food-based diet.
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